Hacer realidad la boda

Mt 22, 1-14

0. TEXTO

Jesús les dijo: “El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir.
Id, pues, por las calles principales, e invitad a la boda a cuantos encontréis…” malos y buenos, y así la sala del banquete se llenó de convidados… uno que no iba vestido para la boda… Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

La escena sucede de nuevo en el Templo donde Jesús, después de la expulsión de los vendedores está planteando su propuesta radical, allí donde están los poderes de su tiempo, en Jerusalén. Está planteando la alternativa al modo de vivir a fe de su tiempo, que discrimina y deja fuera del amor de Dios y de la sociedad, a muchas personas del pueblo, entre otros a los más vulnerables. Su propuesta es que Dios nos quiere invitar a todas y todos a estrenar un tiempo de boda: A una boda todos son invitados, gratuitamente. Así eran las bodas en tiempo de Jesús. En los pequeños pueblos asistían todos. Y esto sigue siendo real en muchos lugares hoy.

Jesús resitúa la religiosidad del tiempo desde su comprensión de Dios, Abba, padre-madre del pueblo, y por eso somos hermanos. Así tiene sentido la religión de la boda. A ella invita en la parábola, en primer lugar a las personas que creía que estaban mejor preparadas para aceptarle: los fariseos y sus escribas principalmente y otras autoridades religiosas. Recordamos que estos están escuchando lo parábola. Pero estos mejor preparados no aceptan la invitación, lo cual era una afrenta al que invitaba.

Así, uno va a sus negocios, otro a sus tierras y otros a matar. O sea, todos estos no hicieron caso a la invitación de Jesús, se dedicaron a lo suyo. El evangelio no entró en ellos. ¿Qué pasa con la invitación que hoy recibimos? ¿El evangelio entra en nosotros, o seguimos a lo nuestro? ¿Yo sigo yendo a mis intereses personales, a mis rutinas de siempre, es decir, mis fines de semana, mi nivel de gastos…? En estos tiempos del Covid, que tantos cambios está produciendo en la sociedad, donde tantas están volviendo a la pobreza, donde podemos salir peores o mejores, es bueno que nos planteemos qué conlleva vivir la religión de la boda propuesta por Jesús. Cómo hacer sitio a todas las personas.

Al final llama a todos hasta que se llene la sala… es lo que hizo Jesús, sus seguidores fueron un grupo diverso y amplio de personas de todos los gustos y estilos, buenos y malos. Así fue la primera comunidad cristiana. Aquí cabemos también nosotros hoy. Nos llama porque nos llama, no porque seamos buenos. Y llama para hacer transformar esta sociedad excluyente e insostenible, en un lugar para todas, como si fuese una boda (de aquel tiempo) y además personas con un corazón que mira a las demás con misericordia… esa es la propuesta de Jesús. ¿Y el traje de fiesta? Parece una alusión al bautismo, que era la puerta de entrada a la comunidad, que pedía traje de boda, o sea un corazón convertido y un compromiso de vida.

2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. Vemos, escuchamos, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente, revivo la escena. VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo en el texto, que es para que lo viva, para que lo experimente yo hoy. Me hago presente en él… lo hago escuchando las parábolas de Jesús, su alternativa a la religión hegemónica que a tantas personas descartaba. Veo a las autoridades con el ceño fruncido… a la gente que siente que alguien expresa sus deseos profundos… a los apóstoles que se gozan de la entereza de su Maestro… Pido a Jesús la capacidad de presentar propuestas incluyentes y de desenmascarar proyectos engañosos, también religiosos, que dejan a tantos en las cunetas de la sociedad… y me tomo mi tiempo para hacer míos los planteamientos de Jesús…

Escucho con los apóstoles, la fuerza de las explicaciones. Jesús por medio de parábolas precisas, que las autoridades no lograban rebatir porque eran palabras de verdad… Me tomo mi tiempo y disfruto de las propuestas de Jesús, “un pueblo para todos”, con la imagen de la boda… Saboreo y trato de asimilar tanta novedad…

Sigo escuchando con intensidad a Jesús, miro a los doce y tanta gente. Me fijo en aquellas autoridades, que no aceptan la invitación de la boda, de hacer una mesa compartida donde todas tengan su sitio… Y escucho con atención a Jesús recordar los que siguen a lo suyo y a sus intereses: unos a sus negocios, otros a sus tierras, otros a matar… como hoy. Me tomo el tiempo para hacer mía esta parábola… Y miro a los discípulos y la gente que ha decidido convertirse, cambiar de vida, con sus fallos. … Y me reconozco entre ellas… Y pido conocimiento interno de Jesús, que desenmascara la falsa religiosidad y manifiesta los deseos de su Abba, Dios de toda confianza.

Me sitúo en la misma escena, cerca … y escucho con atención la llamada de Jesús a todos, de ir a donde la gente se encuentra, a los cruces de los caminos, hasta que la mesa quede llena. Y los apóstoles recuerdan en qué camino se encontraron con Jesús,… y cómo desde que están con Él se han ido haciendo capaces de ser más humanos… de aprender otro estilo, de situarse de otro modo… Y le pido a Jesús ir creciendo en su seguimiento, en la misión de hacer una mesa compartida. Y le pido fuerza y me abro a la sorpresa de lo que me quiere dar para bien de tantos.. Y me tomo mi tiempo

4. JESÚS Y YO.

Ahora me doy cuenta de que Jesús contacta con mi mirada, se dirige a mí como queriendo mi adhesión a su propuesta. Le digo que me entusiasma la comprensión de la humanidad como una familia donde todos los pueblos se sientan a la misma mesa… le pido que así como me ha ayudado a desear el contenido de la parábola, me ayude a llevarla a cabo… me tomo mi tiempo para digerir su contenido y su espíritu…

Jesús me recuerda los que no están por la fraternidad, ni por hacer una mesa compartida para todos… “Uno a sus negocios, otro a sus tierras…” Se dedicaron a sus intereses. Ni el evangelio, ni los valores e imágenes que propone el evangelio, entraron en ellos. Otros peor, mataron a los enviados… Repaso con Él nuestro hoy, tantos negocios exclusivamente para ganar, o para acumular, o para especular, o negocios para la guerra… Y me doy cuenta que la parábola tiene profunda actualidad… Le pido ingenio para desenmascarar las mentiras de los que justifican lo que hacen como altruismo. Pido entereza para vivir en verdad… y saboreo la parábola que busca la verdad…

Jesús me comenta: ¿Qué estás haciendo con la invitación que has recibido? ¿El evangelio entra en tí, o sigues a lo tuyo, a tus intereses, a tus maneras de siempre, a tus planes de vida,…? En estos tiempos del Covid, que tantos cambios está produciendo en la sociedad, donde podemos salir peores o mejores, me recuerda, “es bueno que te plantees qué estilo de vida, qué compromisos conlleva la religión de la boda”… “Muchos los llamados y pocos los elegidos” me recuerda y en concreto: “¿Qué puedes hacer tú y las órdenes religiosas, Cáritas, parroquias, movimientos cristianos, para hacer una mesa donde incorporemos a 500 millones de personas que están cayendo en la pobreza a causa del Covid?”… Me paro a guardar todo esto, meditándolo en mi interior… al estilo de la Encíclica “Fratelli tutti “de Francisco.

Voy viendo con Jesús con quién conectar en los cruces de mis caminos, por ejemplo en mi trabajo o en mi escalera, o en mis amigos o mis relaciones… para poder hablar de las situaciones que piden mi implicación y, a lo mejor, poder hablar de mis motivaciones: “hacemos esto porque todo ser humano tiene derecho a comer, a la salud, emigrar… porque me gustaría que si yo estuviera en su situación, hicieran esto conmigo o porque simplemente somos hijos e hijas de Dios” y saboreo mis motivaciones y mis deseos de hacer con otras…

5. COLOQUIO. Resumen de lo vivido en la oración: un texto, una palabra, una imagen… lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, aquello con lo que me identifico… Le pido, le doy gracias…

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